Pruebas y Diagnóstico para ADD /ADHD

El diagnóstico del TDAH se basa casi en su totalidad en la historia obtenida del paciente, los padres, los maestros y otras personas que conocen bien al niño. No hay un análisis de sangre, un estudio de imágenes o un examen computarizado en el que se pueda confiar para hacer un diagnóstico preciso del TDAH. . Sin embargo, es un error confiar de manera sustancial o total en estas formas para determinar el diagnóstico dentro o fuera.

Evaluaciones Inadecuadas

Muchos profesionales en el campo creen que los niños y los adultos a menudo son mal evaluados y mal diagnosticados como tener TDAH. La raíz del problema radica en el hecho de que hacer el diagnóstico implica una historia tan cuidadosa y simplemente toma una cantidad de tiempo que muchos profesionales no pueden proporcionar. Con demasiada frecuencia, el pediatra o médico de cabecera ocupado realiza este diagnóstico en una o dos visitas de 10 a 15 minutos, confiando casi por completo en una calificación rápida de uno de los formularios anteriores. Una evaluación completa debe tomar de una a dos horas e incluir un historial cuidadoso, un examen físico dirigido, así como una evaluación de las formas de Conners o Vanderbilt y otras evaluaciones psicológicas o psicoeducativas.

La razón principal es necesaria para El médico, para ser cuidadoso, es que muchas condiciones pueden diagnosticarse erróneamente como TDAH. Los trastornos de ansiedad, incluido el TEPT, pueden presentarse con síntomas de TDAH. El niño superdotado puede parecer tener TDAH, actuando debido al aburrimiento. Como se mencionó anteriormente, las discapacidades de aprendizaje pueden presentarse como ADHD. Incluso la depresión puede parecerse al TDAH en algunos niños. Aún más confuso, la ansiedad, la depresión y las discapacidades de aprendizaje pueden ser co-condiciones con el TDAH, lo que significa que ambos diagnósticos son precisos. El niño continuará teniendo ese diagnóstico durante mucho tiempo, si no el resto de su vida. Sin embargo, un estudio cuidadoso demuestra que esto no es cierto. En un estudio, los niños que fueron diagnosticados cuidadosamente con problemas de falta de atención por parte de un maestro en un grado fueron reevaluados el año siguiente. Se pensaba que menos del 50 por ciento de esos niños tenían problemas de falta de atención por parte del siguiente maestro. No está totalmente claro por qué sucedió esto, pero hay un par de explicaciones razonables. Primero, los formularios estandarizados que llenan los maestros son completamente transparentes. Es completamente obvio qué casillas marcar para asegurar un diagnóstico de TDAH. Si un maestro o un padre cree que el problema es el TDAH, pueden completar el formulario para confirmarlo, con respuestas parciales que ocurren de manera consciente o inconsciente. Además, lo que puede parecer un comportamiento anormal para un padre o un maestro puede parecer completamente dentro de los límites normales para otro. Más importante aún, quizás, cómo se comporta un niño en la escuela puede depender mucho del tipo de aula que sea. En un aula ruidosa y no estructurada, el niño puede presentar síntomas significativos de TDAH, mientras que a ese mismo niño le puede ir bien en un ambiente tranquilo, de apoyo y estructurado. Consulte el "continuo" del TDAH que se analiza en el artículo de Descripción general. Aquellos en el grupo de riesgo pueden caer fácilmente en cualquier lado de la línea de TDAH, dependiendo del entorno del hogar o de la escuela.

Pruebas complementarias

Hay un par de pruebas complementarias interesantes que pueden ayudar con el diagnóstico de TDAH. Las primeras son las pruebas informatizadas de atención. Los psicólogos suelen hacer esto e involucran a pacientes que se sientan en una computadora y se les pide que hagan cosas como presionar un botón cada vez que la letra A vuela por la pantalla. Se evalúan cuántas veces presionan el botón en el momento correcto, cuántas veces no lo hacen y cuántas veces presionan el botón en el momento incorrecto. Estas pruebas pueden ser útiles como parte del estudio de diagnóstico, pero no se puede confiar en ellas mismas.

Una prueba aún más interesante y más reciente analiza las relaciones de ondas cerebrales. Se ha establecido que los niños con TDAH usualmente tienen un patrón de ondas cerebrales anormales, con una proporción demasiado baja de ondas beta (asociadas con la alerta, atención enfocada) a las ondas theta (asociadas con el espaciado). Esto se puede medir fácilmente simplemente conectando un par de sensores al cuero cabelludo, como un EEG simplificado. Los estudios han demostrado que esta prueba podría predecir con una precisión de alrededor del 90 por ciento si los niños serían diagnosticados con TDAH. En 2014, la FDA aprobó esta prueba de ondas cerebrales, llamada NEBA, como una herramienta razonable que podría ser parte del diagnóstico de TDAH. La FDA no indicó si era una prueba necesaria ni una herramienta independiente para el diagnóstico del TDAH.

La conclusión es que el diagnóstico del TDAH debe realizarse con cuidado y consideración, y también debe revisarse de forma regular a lo largo del tiempo para asegurarse de que sigue siendo precisa.