Información sobre la diabetes para adolescentes
La diabetes es una de las enfermedades más comunes entre los adolescentes. De acuerdo con el Informe nacional de estadísticas de diabetes de 2014 publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aproximadamente 208,000 estadounidenses menores de 20 años tienen diabetes. La mayoría de estos jóvenes tienen diabetes tipo 1, aunque la diabetes tipo 2, que históricamente ha sido una enfermedad de adultos, es cada vez más común en personas jóvenes, especialmente en jóvenes de 10 años o más. La diabetes es una condición crónica para la cual no existe cura, pero con un manejo adecuado no tiene por qué ser un obstáculo para una vida plena y productiva. La diabetes presenta desafíos sociales y emocionales para los adolescentes, y saber dónde acudir para obtener información y apoyo es crucial para el bienestar emocional y físico.
Desafíos de salud emocional
En un estudio publicado en la edición de abril de 2006 de "Pediatría", más de 2,600 jóvenes con diabetes fueron examinados para detectar depresión, y el 14 por ciento de los participantes reportaron síntomas leves de depresión, mientras que el 8,6 por ciento tuvo síntomas de depresión moderada o grave. Debido a este mayor riesgo, la Asociación Americana de Diabetes recomienda que los exámenes de detección de depresión comiencen a los 10 años en niños con diabetes. Otros desafíos psicológicos pueden plantear barreras para la buena salud. Por ejemplo, algunos adolescentes con diabetes participan en la peligrosa práctica de reducir o retener la insulina como un medio para perder peso. Un artículo de revisión de abril de 2010 publicado en "Medicina para adolescentes: revisiones del estado del arte" informa que aproximadamente el 10 por ciento de las adolescentes con diabetes tienen trastornos de la alimentación, el doble que los adolescentes sin diabetes. Los adolescentes que enfrentan estos serios problemas emocionales se benefician de la asesoría y el apoyo familiar, y requieren una evaluación y atención continuas de parte de un profesional de salud mental, como un trabajador social o psicólogo con licencia.
Auto-Imagen y desafíos entre pares
Para adolescentes, el cuidado personal diario involucrado en el manejo de la diabetes puede ser abrumador y puede llevar a la autoconciencia y al miedo al rechazo. Los adolescentes se arriesgan y, a pesar de saber mejor, pueden optar por no administrar insulina o no analizar el azúcar en la sangre frente a sus amigos. El temor de un nivel de azúcar en la sangre potencialmente embarazoso también puede hacer que un adolescente mantenga los niveles de azúcar en la sangre. Los adolescentes con diabetes no son inmunes a la presión de los compañeros con las drogas y el alcohol, y estas sustancias pueden causar niveles altos y bajos de azúcar en la sangre. De acuerdo con el artículo de revisión de abril de 2010 publicado en "Medicina para adolescentes: revisiones del estado del arte", los adolescentes tienden a manejar mejor estos desafíos emocionales y sociales cuando la familia está unida, educada sobre la diabetes y la gente que la apoya. Además, el contacto continuo y el apoyo de un profesional de salud mental son importantes para abordar los problemas de presión social y adaptación social.
Desafíos escolares, deportivos y laborales
La diabetes puede afectar muchos aspectos de la vida de un adolescente. Los niveles altos y bajos de azúcar en la sangre o la pérdida de clases debido a enfermedades o citas con el médico pueden afectar el rendimiento escolar y las calificaciones. Como resultado, los adolescentes que participan en deportes pueden tener mejores niveles de azúcar en la sangre, pero se enfrentan a desafíos para realizar los ajustes necesarios en la ingesta de alimentos y la dosis de insulina, así como en la prevención de los niveles bajos de azúcar en la sangre relacionados con el ejercicio. Los adolescentes que tienen trabajos a tiempo parcial enfrentan desafíos adicionales si su trabajo se interpone en el tratamiento de la insulina, las pruebas y la alimentación a tiempo. Aunque la ley exige que las escuelas se adapten a cualquier niño con una condición de salud, la verdadera clave del éxito es el apoyo de los padres y el equipo de atención de la diabetes del adolescente. Este equipo incluye un dietista y educador en diabetes que puede entrenar al adolescente para que ajuste la comida y la insulina en situaciones difíciles, así como la forma de desempeñarse en todo su potencial en la escuela, en el trabajo y en el campo deportivo.
Próximos pasos y precauciones
La diabetes bien controlada no tiene por qué obstaculizar una vida plena y activa. Sin embargo, los años de la adolescencia son desafiantes y los adolescentes enfrentan muchas barreras para el autocuidado necesario para alcanzar los niveles de azúcar en la sangre. Los adolescentes necesitan el apoyo de familiares y amigos, y deben consultar a su médico y al equipo de atención a la diabetes si tienen dificultades. Las señales de que un adolescente necesita ayuda con problemas emocionales y sociales, o con el cuidado de la diabetes, incluyen pérdida de peso rápida o constante, empeoramiento del control del azúcar en la sangre, rechazo a la insulina o análisis del azúcar en la sangre, aumento de la frustración o tristeza, sensación de abandono o depresión, tener conflictos con sus compañeros o tener problemas en la escuela La diabetes es una afección grave y de por vida, pero con el apoyo, la educación y los recursos adecuados, los adolescentes pueden enfrentar mejor sus desafíos y llevar una vida plena y saludable.