Una fibra muscular está formada por unidades repetidas llamadas sarcómeros. Los sarcómeros son las unidades básicas de contracción muscular. Cada sarcómero está compuesto por dos filamentos gruesos (miosina) y múltiples filamentos delgados (actina). Los filamentos gruesos y delgados están dispuestos en un patrón repetitivo, con los filamentos gruesos en el centro del sarcómero y los filamentos delgados rodeándolos. Los sarcómeros están conectados entre sí por una proteína llamada titina, que ayuda a mantener la estructura de la fibra muscular.