¿Por qué no puedo bajar de peso?

No tienes un déficit de calorías: La pérdida de peso requiere que quemes más calorías de las que consumes. Asegúrese de realizar un seguimiento de la ingesta y la producción de calorías.

Ingesta insuficiente de proteínas: La proteína ayuda a desarrollar y mantener la masa muscular durante la pérdida de peso. Trate de consumir entre 0,8 y 1 g de proteína por libra (1,6 y 2,2 g/kg) de peso corporal.

Sueño limitado :El sueño inadecuado altera las hormonas que regulan el hambre y la saciedad, lo que provoca un aumento del apetito y una disminución de la quema de calorías. Trate de dormir entre 7 y 9 horas de calidad.

Estrés crónico: Los niveles altos de estrés elevan el cortisol, una hormona que puede aumentar el almacenamiento de grasa. Maneje el estrés a través de técnicas de relajación como yoga, meditación y respiración profunda.

Problemas médicos subyacentes: Ciertas condiciones, como el hipotiroidismo, pueden ralentizar el metabolismo y dificultar la pérdida de peso. Consulte a su médico para descartar causas médicas.

Malestimar la ingesta de calorías: Los alimentos y bebidas no contabilizados pueden agregar importantes calorías. Mide tus alimentos y registra todo lo consumido, incluidos snacks y bebidas.

Estimaciones inexactas del gasto calórico: Es común sobreestimar las calorías quemadas mediante el ejercicio. Utilice un rastreador de actividad física o consulte con un profesional del fitness para obtener estimaciones precisas.

Masa muscular limitada: Desarrollar músculo aumenta la tasa metabólica en reposo, lo que le permite quemar más calorías en reposo. Incorpora el entrenamiento de fuerza a tu rutina.

Expectativas poco realistas: La pérdida rápida de peso suele ser insostenible y puede provocar pérdida de masa muscular. Trate de perder peso de forma gradual y saludable, entre 0,5 y 1 kg (1 a 2 libras) por semana.

Medicamentos: Ciertos medicamentos pueden provocar aumento de peso como efecto secundario. Si le preocupa, hable con su proveedor de atención médica.

Deshidratación: Estar bien hidratado puede ayudar a acelerar el metabolismo. Trate de beber de 8 a 10 vasos (de 2 a 2,5 litros) de agua al día.