Cómo aprender a comer sano
Aprender a comer sano lleva tiempo, pero puede ser una experiencia muy gratificante. No solo comer sano puede mantener un peso corporal saludable y prevenir enfermedades, sino que incluso puede prolongar su vida. Una nutrición saludable es una de las mejores cosas que puede hacer por su cuerpo. Una vez que realice algunos cambios básicos en su dieta, es posible que los alimentos que solía comer ya no sean atractivos. De hecho, pueden hacerte sentir francamente enfermo. Prestar atención a cómo te hacen sentir los alimentos, leer las etiquetas y concentrarte en fuentes saludables de vitaminas y nutrientes te ayudará a aprender a comer sano.
Comienza a leer las etiquetas de nutrición. En general, es mejor mantenerse alejado de los azúcares altos, las grasas saturadas y trans, y los alimentos altamente procesados o refinados. Verifique si hay vitaminas agregadas, ya que esto generalmente significa que el alimento original ha sido procesado de tal manera que se perdió su contenido de vitaminas y han intentado agregarlo nuevamente. Si bien esto no es intrínsecamente malo, es una señal segura de que la comida está altamente procesada.
Elija alimentos “limpios” que sean ricos en nutrientes y promuevan la salud y el bienestar. Por ejemplo, busque fuentes magras de proteínas como pavo, pescado, pollo, cortes magros de carne de res y cerdo o soja. Coma carbohidratos de bajo índice glucémico, como avena, arroz integral, panes y pastas integrales, frijoles y lentejas y batatas.
Encuentre las frutas y verduras que le gustan. Muchos asocian los vegetales con recuerdos traumáticos de la infancia de ser obligados a comer brócoli o coles de Bruselas. Afortunadamente, la naturaleza le ha brindado a la humanidad una variedad de opciones que casi todos pueden encontrar algunas verduras saludables que disfrutan. Experimenta con diferentes formas de cocinar los vegetales. Por ejemplo, rocíe un poco de aceite de oliva sobre judías verdes en una bandeja para hornear y hornee durante unos cinco minutos. Incorpore frutas frescas o congeladas en desiertos o batidos.
Coma grasas más saludables. Las grasas mono y poliinsaturadas pueden ayudar a prevenir enfermedades del corazón, así como a equilibrar el azúcar en la sangre y suprimir el hambre. Los ejemplos incluyen aceite de oliva, aguacates, huevos enteros, mantequilla de maní natural y nueces y semillas. El cuerpo puede usar estas grasas como fuente de energía y para mantener la salud del cerebro, la piel y el cabello.
Preste atención a cómo se siente cuando come ciertos alimentos. Ningún alimento, no importa cuán saludable, vale la pena sentir náuseas o estar enfermo. Vaya al mercado de un granjero local y vea los productos que tienen para ofrecer. Lea lo último sobre alimentación saludable en Livestrong.com, o en los sitios web de Mayo Clinic o Life Extension Foundation. Comer sano es una elección personal y debe ser una experiencia de aprendizaje agradable.