Problemas musculares del cuello del bebé después del nacimiento
La tortícolis muscular congénita, o CMT, es, con mucho, el problema de cuello más común que experimentan los bebés. Según la Academia Americana de Ortopistas y Protésicos, la CMT tiene un efecto de 1 en cada 300 recién nacidos. Si bien esta condición puede ser preocupante para los padres, con el tratamiento adecuado generalmente se puede resolver con el tiempo.
La tortícolis muscular congénita
La tortícolis muscular congénita, o CMT, es una condición en la cual los músculos de un lado de el cuello se aprieta o acorta, lo que hace que la cabeza se incline. La CMT puede variar en gravedad y, a veces, no se manifiesta de inmediato al nacer, aunque la mayoría de los padres notarán en unas pocas semanas que sus hijos prefieren mantener la cabeza a un lado. Si bien la CMT es tratable, es importante que se aborde lo antes posible, así que comuníquese de inmediato con su pediatra.
Causas
Hay varias causas diferentes de tortícolis muscular congénita. Uno de los más comunes es un traumatismo que ocurre durante el parto que provoca una lesión en los músculos de un lado del cuello del bebé. Cuando la lesión cura, se puede formar una cicatriz que hace que el músculo se acorte. La CMT también puede ocurrir en el útero si el bebé se acomoda en una posición donde su cabeza está inclinada y no puede moverse nuevamente. Esto puede evitar que los músculos del cuello se desarrollen adecuadamente.
Diagnóstico
Por lo general, el diagnóstico de la tortícolis muscular congénita no es muy difícil, ya que la inclinación de la cabeza es un síntoma muy característico de esta afección. Se puede realizar una radiografía o una ecografía para verificar la presencia de cicatrices en el músculo y ayudar a determinar qué tan grave es la condición. Los padres son muy importantes para ayudar a diagnosticar la CMT, ya que a veces solo los que pasan largos períodos de tiempo con el niño notarán casos menos graves.
Tratamiento
El tratamiento de la tortícolis muscular congénita casi siempre implica alguna forma de terapia física. Si la terapia comienza temprano y es consistente, la CMT se puede resolver completamente. La terapia física generalmente consiste en movimientos suaves que ayudan a estirar el músculo del cuello contraído. Los padres pueden aprender estos estiramientos y realizarlos en casa. Algunos casos de CMT pueden requerir cirugía para alargar el músculo si la terapia física no es efectiva. También hay collares en el cuello para ayudar a corregir la CMT.
Otros problemas del cuello
Si bien la tortícolis muscular congénita es, con mucho, el problema del cuello más común que enfrentan los bebés, existen otros problemas que pueden no estar relacionados específicamente con los músculos del cuello. Por ejemplo, los niños nacen ocasionalmente con masas o tumores en el cuello que requieren extirpación quirúrgica. Además, un cuello rígido que es doloroso al moverse puede ser un signo de meningitis. Debido a que el cuello está conectado a la médula espinal, cualquier tipo de lesión en el cuello puede ser muy grave y debe abordarse de inmediato.
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