Signos y síntomas de úlceras hepáticas

Una úlcera gástrica es dolorosa, pero por lo general no es mortal. Una úlcera en el hígado, más correctamente llamada absceso hepático, es una afección más grave que requiere intervención médica para prevenir una posible sepsis y la muerte. Aquellos que son vulnerables a las úlceras hepáticas deben estar conscientes de los síntomas para que puedan comenzar el tratamiento lo antes posible.

Tipos

La afección denominada úlcera hepática puede ser una de dos cosas. En ocasiones, una úlcera péptica, una úlcera en el estómago, duodeno o esófago, puede penetrar en el hígado. Esta es una condición rara. Más comúnmente, una úlcera de hígado es en realidad un absceso de hígado o un área del hígado que se infecta y se llena de pus.

Causas

Un absceso de hígado es causado por una infección en el abdomen, la sangre o el tracto biliar . A veces, una infección de este tipo puede ser causada por una endoscopia del sistema biliar o por cualquier traumatismo en el hígado. También puede ser el resultado de apendicitis, diverticulitis o un intestino perforado. Generalmente, se encuentra más de un tipo de bacteria en una infección del hígado. Bacteroides, enterococos, escherichia colie, klebsiella staphylococcus o streptococcus son los tipos más comunes de bacterias que causan este tipo de infección. Una úlcera péptica generalmente también es causada por una bacteria.

Síntomas

Para una úlcera péptica que se extiende hacia el hígado, el sangrado gastrointestinal es el síntoma más común. Con un absceso hepático, los pacientes pueden experimentar dolor en la parte superior del abdomen, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y pérdida de peso inesperada. Otros signos incluyen orina oscura, heces de color tiza e ictericia, o piel teñida de amarillo. Los pacientes también pueden tener debilidad, fiebre o escalofríos.

Diagnóstico

Los médicos pueden usar una endoscopia para diagnosticar una úlcera péptica que se extiende hacia el hígado. Para un absceso de hígado, los médicos usan una biopsia de hígado, ecografía abdominal o tomografía computarizada (TC) abdominal para diagnosticar. Un recuento de glóbulos blancos, un hemocultivo para detectar bacterias o una prueba de función hepática son otras formas de diagnosticar esta afección.

Tratamiento

En la mayoría de los casos, los pacientes requieren cirugía para drenar el pus del hígado, seguido de una Curso intenso de antibióticos durante cuatro a seis semanas. En algunos casos, el tratamiento con antibióticos solo puede funcionar. Los antibióticos y los antiácidos se usan para tratar las úlceras pépticas. Si no se trata, el absceso hepático puede ser fatal, por lo que ningún paciente debe ignorar sus síntomas y esperar que el dolor desaparezca por sí solo.