La importancia de los deportes y la recreación para los jóvenes con discapacidades
La baja autoestima y la falta de confianza pueden afectar a los niños con discapacidades. Permitirles tener acceso equitativo a los deportes puede mejorar sus habilidades motoras gruesas, habilidades sociales y de comunicación, así como mejorar su salud y bienestar en general. Los niños con necesidades especiales madurarán física, social y emocionalmente cuando participen en una actividad recreativa.
Habilidades motoras gruesas
La capacidad para realizar movimientos controlados que requieren músculos grandes se conoce como habilidades motoras gruesas. Los movimientos que involucran el uso de los músculos grandes incluyen caminar, correr, gatear o saltar. A menudo, los niños con necesidades especiales carecen de la capacidad para realizar movimientos físicos adecuadamente. Cuando los niños discapacitados participan en actividades físicas regulares, mejoran sus habilidades motoras al aumentar su fuerza, coordinación, flexibilidad y equilibrio.
Comunicarse y Socializar
Los niños discapacitados frecuentemente pierden actividades sociales, lo que dificulta su capacidad para mejor sus habilidades de comunicación. La participación en actividades extracurriculares puede superar este obstáculo, brindándoles la capacidad de participar en interacciones sociales, desarrollar amistades e iniciar habilidades sociales.
Autoestima y Académico
Los niños que sufren discapacidades a menudo luchan con un Falta de autoestima. Con frecuencia se comparan con sus compañeros capaces, dándoles un menor sentido de autoestima. La participación recreativa promueve su autoconcepto, autoestima y autoestima, así como su conciencia corporal. Muchos niños también mostrarán mejoras en sus académicos. La confianza que se obtiene de la capacidad para alcanzar el éxito en los deportes los hará sentir que son capaces de lograr casi cualquier cosa.
Beneficios emocionales
Hay algunos problemas importantes que muchos jóvenes con discapacidades en algún momento experiencia. Hacer que los niños con discapacidades participen en una actividad recreativa puede ayudar a prevenir diferentes condiciones emocionales, que incluyen el comportamiento, la depresión, los problemas para adaptarse a ciertas situaciones, el estrés, la ansiedad y la mala conducta. Proporcionarles una cierta cantidad de actividad puede ayudar a sus cuerpos y ayudarles a funcionar de manera óptima.