¿Qué significa administración de una sustancia?

La administración de una sustancia se refiere al proceso mediante el cual se introduce en el organismo una droga, medicamento u otra sustancia. Esto se puede hacer a través de varias rutas, que incluyen:

1. Administración oral: La sustancia se toma por vía oral en forma de tabletas, cápsulas, pastillas o líquidos. Esta es la vía de administración más común.

2. Administración intravenosa (IV): La sustancia se inyecta directamente en una vena. Esta vía proporciona una rápida absorción y se utiliza para medicamentos que deben surtir efecto rápidamente o en casos en los que la administración oral no es factible.

3. Administración intramuscular (IM): La sustancia se inyecta en un músculo. Esta vía se usa comúnmente para vacunas y ciertos medicamentos que requieren una absorción más lenta que la administración intravenosa.

4. Administración subcutánea (SC): La sustancia se inyecta justo debajo de la piel. Esta vía se utiliza a menudo para medicamentos que requieren una liberación sostenida o lenta, como la insulina.

5. Administración transdérmica: La sustancia se aplica sobre la piel en forma de parche, crema, gel o pomada. El medicamento se absorbe a través de la piel y ingresa al torrente sanguíneo.

6. Inhalación: La sustancia ingresa al cuerpo a través del tracto respiratorio al inhalarla. Esta vía se usa comúnmente para anestesia, medicamentos para el asma y ciertos medicamentos respiratorios.

7. Administración rectal: La sustancia se inserta en el recto en forma de supositorios o enemas. Esta vía se utiliza cuando no es posible la administración oral o cuando el fármaco debe absorberse localmente en el recto o el colon.

8. Administración tópica: La sustancia se aplica directamente sobre la piel, los ojos o las membranas mucosas para obtener efectos locales. Esta ruta se usa comúnmente para ungüentos, cremas, geles, lociones y gotas para los ojos.

La elección de la vía de administración depende de factores como las propiedades del fármaco, el inicio deseado y la duración de la acción, las preferencias del paciente y la condición médica. Los profesionales sanitarios consideran cuidadosamente estos factores al seleccionar la vía de administración más adecuada para garantizar la administración segura y eficaz de la sustancia.