¿Ayuda el yoga con el dolor de la faja pélvica?

El dolor de la faja pélvica, o PGP, puede ocurrir durante el embarazo, aunque no se limita a esta condición o solo a las mujeres. Caracterizado por el dolor pélvico al realizar tareas normales, como caminar y subir escaleras, la PGP es una condición común y tratable incluso durante el embarazo. La realineación de las articulaciones y los tejidos blandos suele ser parte del tratamiento. Con su enfoque en la flexibilidad y la fuerza, el yoga puede ser beneficioso tanto en el tratamiento como en la prevención de la PGP.

Dolor de la faja pélvica

La PGP a menudo se conoce como disfunción de sínfisis del pubis o SPD. Sin embargo, según Pelvic Partnership Charities Charities, la SPD es un nombre inapropiado, ya que implica que la condición se limita a la zona de Symphysis pubis en la parte frontal de la pelvis. De hecho, la PGP es causada por una rigidez en una de las tres articulaciones de la pelvis, lo que provoca un movimiento asimétrico e irritación en una de las otras articulaciones. Normalmente, sus articulaciones pélvicas funcionan en un sistema de tipo anillo que consiste en la sínfisis del pubis y dos articulaciones sacroilíacas. La rigidez en una articulación irritará a las otras. Es posible que ni siquiera sienta dolor en la articulación donde se produce la rigidez.

Tratamiento

Las opciones de tratamiento para la PGP dependerán del estado del paciente. Si está embarazada, el tratamiento será diferente al de una atleta con una lesión deportiva. En cualquier caso, es un problema de articulación mecánica que responde bien al tratamiento. La terapia física y el trabajo quiropráctico se realizan para realinear manualmente las articulaciones y manipular los tejidos blandos, lo que ayuda a aliviar el dolor. Con una articulación rígida, los músculos circundantes a menudo se tensan o compensan. Esta tensión debe ser liberada para permitir que la articulación se mueva normalmente y evitar una mayor irritación en la faja pélvica.

Dolor de la faja pélvica y el yoga.

Si bien el yoga no se recomienda como terapia independiente, las posturas específicas Puede ser útil para fortalecer los músculos de la pelvis. Al mantener sus músculos fuertes y flexibles, puede prevenir la rigidez y el dolor de las articulaciones. Trabaje con un instructor que esté familiarizado con PGP y que haya trabajado anteriormente con clientes con el síndrome. Si está embarazada, pregunte acerca de la experiencia del instructor con el yoga prenatal en lo que se refiere al PGP.

Posturas de yoga

Un profesional certificado lo guiará a través de las posturas adecuadas, o asanas, para su condición específica. Las asanas suaves como las posturas del gato y la vaca estiran la columna vertebral, incluida la articulación sacroilíaca. La postura del personal también es beneficiosa para tu pelvis; puede parecer simple, ya que está sentado con las piernas estiradas frente a usted, pero la asana promueve la fuerza en la espalda y las caderas. La postura del loto es un estiramiento para las caderas y el área pélvica, aunque es posible que necesite modificaciones porque es difícil de realizar. Se puede realizar incluso en las últimas etapas del embarazo. La postura del árbol, que también se puede realizar durante el embarazo, estira la ingle y las caderas al tiempo que promueve el equilibrio y la fuerza en las piernas.