Perspectivas biológicas sobre la ansiedad
Los trastornos de ansiedad afectan aproximadamente a 40 millones de adultos estadounidenses cada año, según el Instituto Nacional de Salud Mental. Los trastornos de ansiedad pueden manifestarse de muchas formas diferentes, como el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de estrés postraumático. Tanto los factores biológicos como los ambientales afectan la aparición de trastornos de ansiedad. Importantes factores biológicos que contribuyen a la ansiedad incluyen la genética, la química cerebral y la respuesta de lucha o huida del cuerpo.
Genética
Los científicos han empleado estudios de gemelos idénticos durante muchos años para aprender más sobre el nivel de influencia genética en muchos diferentes condiciones Los gemelos idénticos comparten un código genético idéntico, y la evaluación de si también comparten un trastorno médico o mental específico puede ayudar a identificar el nivel de participación genética en ese trastorno. Con respecto a los trastornos de ansiedad, los investigadores han descubierto que los gemelos idénticos tienen el doble de probabilidades que los gemelos fraternos de experimentar una co-ocurrencia de un trastorno de ansiedad, según un artículo publicado en 2007 en la revista Acta Psychiatrica Scandinavica. Estos hallazgos sugieren que los factores genéticos desempeñan un papel en la manifestación de la ansiedad.
Los investigadores han identificado recientemente genes relacionados con los trastornos de ansiedad. De acuerdo con un artículo de 2008 en el sitio web de ScienceDaily, los investigadores en Finlandia compararon individuos con trastornos de ansiedad específicos con individuos normales e identificaron diferencias genéticas específicas entre los dos grupos. Además, los científicos encontraron diferentes expresiones genéticas para los diferentes trastornos de ansiedad examinados.
Brain Chemistry
Los neurotransmisores en el cerebro actúan como mensajeros químicos para permitir que diferentes partes del sistema nervioso se comuniquen y regulen el estado de ánimo y el comportamiento . Ciertos neurotransmisores activan los comportamientos, mientras que otros los suprimen. El rol del neurotransmisor gamma-aminobutírico, o GABA, es reducir la velocidad del cerebro, y GABA puede no funcionar adecuadamente en personas con trastornos de ansiedad, lo que lleva a un sentimiento de vigilancia o sobreactivación, según ConsumerReportsHealth.org. Ciertos medicamentos contra la ansiedad, conocidos como benzodiazepinas, aumentan la actividad de GABA y, por lo tanto, suprimen la activación cerebral.
Al menos otros dos neurotransmisores, particularmente importantes en los trastornos del estado de ánimo como la depresión, también pueden desempeñar un papel en la ansiedad: norepinefrina y serotonina. El papel potencial de la serotonina se evidencia en la eficacia en la ansiedad de ciertos antidepresivos que atacan a la serotonina.
Respuesta de lucha o huida
La amígdala, una pequeña glándula con forma de almendra en el cerebro, parece jugar un papel crucial Papel en la ansiedad, según la Oficina del Cirujano General. Procesa la información sensorial y envía una interpretación a las áreas del cerebro que regulan el miedo, en particular el hipotálamo. El hipotálamo libera hormonas del estrés a través de la glándula suprarrenal. También activa el sistema nervioso simpático, que controla la frecuencia cardíaca, la respiración y el flujo de sangre a los músculos. El sistema nervioso simpático se activa mucho durante una respuesta de lucha o huida en la que sientes peligro y te quedas para luchar o para huir para escapar. Para las personas con trastornos de ansiedad, la amígdala y el hipotálamo pueden volverse sobreactivados debido a una percepción errónea o una mala interpretación de las señales sensoriales, por lo tanto, la sobreactivación del sistema nervioso simpático en una respuesta de lucha o huida, según el sitio web del Cirujano General.