¿Cómo funciona el sistema esquelético?

El sistema esquelético funciona para ayudar a su cuerpo. Sin tu armazón de esqueleto, no podrías moverte. Los seres humanos son vertebrados, lo que significa que tenemos endoesqueletos óseos, articulados (articulados). Un endosqueleto es un marco dentro del cuerpo que ofrece soporte a medida que crece y se desarrolla. El sistema esquelético ofrece protección, soporte, formación de células sanguíneas, almacena minerales y energía y ayuda al movimiento.

Los huesos están hechos de tejido conectivo. El tejido conectivo se encuentra en todo el cuerpo y se presenta en diferentes formas. Los huesos se componen principalmente de fibrillas de colágeno. Sus superficies están cubiertas con células especiales hechas de compuestos de calcio. Esto es lo que le da a los huesos su estructura y fuerza.

Dentro de los huesos, hay células que contienen fibras y sustancia fundamental. Si observara las células óseas bajo un microscopio, encontrará pequeños granos dispersos por todas partes. A medida que las células se desarrollan, los compuestos de calcio en el interior se cristalizan. Esto crea huesos como los conocemos: capaces de soportar una gran presión y fuerza sin romperse. El calcio y el fósforo se almacenan dentro de sus huesos.

Un dato interesante sobre el sistema esquelético es que, a pesar de su fuerza y ​​capacidad de soporte, el tejido dentro de los huesos es muy ligero. Nuestros esqueletos comprenden solo alrededor del 18 por ciento de nuestro peso corporal.

Un adulto humano tiene un total de doscientos seis huesos. Los huesos se consideran órganos vivos porque están formados por nervio, músculo y tejido epitelial, así como el tejido conectivo que une todo. Si mirara la sección transversal de un hueso largo, como su fémur, vería un eje en el centro que está hueco. Esta cavidad central contiene médula roja o amarilla. El rojo es médula de nueva producción. A medida que los huesos envejecen, la médula roja se convierte en amarillo. Esta médula amarilla especial es una fuente de energía.

Dentro de los huesos, se producen glóbulos rojos y blancos, junto con las plaquetas. Hay una vaina fibrosa llamada periostio que contiene vasos sanguíneos que suministran oxígeno y nutrientes a los tejidos óseos. Los vasos sanguíneos entran y salen de los huesos por pequeñas aberturas llamadas canales de nutrientes.

A medida que nos desarrollamos, nuestros huesos crecen con nosotros. El cartílago hialino produce crecimiento lateral, que luego es reemplazado por tejido óseo. Los huesos agregan área de superficie a través del crecimiento de la aposición, lo que hace que los huesos se ensanchen. El periostio es responsable de la secreción de nuevo tejido óseo.

El sistema esquelético está cubierto por músculos que nos permiten movernos. Estos músculos están unidos a los huesos a través de los tendones y, a menudo, se extienden desde un extremo del hueso hasta el otro. Sus huesos y músculos trabajan juntos a través de una serie de impulsos y señales comunicadas entre el cerebro y los músculos esqueléticos. Para moverse, el sistema nervioso le indica al músculo esquelético que se contraiga. Cuando el músculo se contrae, este movimiento hace que sigan los huesos (o huesos) unidos.