La fructosa de las frutas, ¿puede hacerle daño?
La fructosa es una forma de carbohidrato o azúcar que se encuentra en las frutas, las verduras y la miel. A menudo se agrega a los alimentos preparados comercialmente como conservante y potenciador del sabor. La fructosa ha sido de gran interés en los últimos años debido a su posible papel como contribuyente a la epidemia de obesidad en los Estados Unidos y se ha identificado como un factor en algunas afecciones gastrointestinales.
Ingesta de fructosa y enfermedad metabólica
Científicos y los funcionarios de salud pública han estado buscando las causas de un mayor número de personas con sobrepeso y obesas en la población estadounidense durante las últimas cuatro décadas. Los estudios han hecho una asociación entre la ingesta de azúcares añadidos y el aumento de peso; sin embargo, la fructosa que se consume de la fruta no se incluye en la categoría de azúcares añadidos. Existe mucha evidencia que muestra los efectos positivos de la ingesta de fruta con respecto a la prevención de enfermedades crónicas, y las dietas altas en consumo de fruta tienen tasas más bajas de enfermedad cardiovascular, cáncer y enfermedad neurológica. A pesar de esta evidencia, los estadounidenses no alcanzan las metas recomendadas de ingesta de frutas de 1.5 a 2 tazas por día, y la cultura de la dieta popular intensifica el problema mediante la promoción de una dieta infructuosa para perder peso.
Fructosa y diabetes
Es Es un mito que las personas con diabetes no pueden comer fruta. La fructosa de la fruta no es perjudicial para las personas con diabetes cuando se consume en cantidades moderadas. La Asociación Americana de Diabetes recomienda comer un pedazo de fruta para el postre o comer fruta a cambio de otras fuentes de carbohidratos en la dieta. Un estudio en una edición de 2013 del "Diario de nutrición" encontró que la disminución en la ingesta de fruta para los pacientes diabéticos no mostró un efecto sobre la pérdida de peso, la circunferencia de la cintura o los niveles de glucosa en la sangre. De hecho, los antioxidantes contenidos en las frutas pueden ayudar a mejorar la resistencia a la insulina.
Molestias gastrointestinales
Para algunas personas con molestias gastrointestinales, la fructosa puede ser la causa de la incapacidad de absorber completamente el azúcar. En el caso de la malabsorción, demasiada fructosa de la fruta no es dañina, pero puede ser irritante. La malabsorción de fructosa es una ocurrencia bastante normal, no una enfermedad. La fructosa se absorbe más fácilmente cuando se combina con glucosa en una proporción de 1 a 1. Muchas frutas no se producen con partes iguales de fructosa y glucosa, por lo que la fructosa no se absorbe en el intestino delgado y se abre camino hacia el intestino grueso. Allí, es fermentado por bacterias que producen los síntomas incómodos de hinchazón, gases, dolor abdominal y diarrea. La dieta baja en FODMAP ha mostrado algún beneficio para ayudar a reducir los síntomas asociados con la malabsorción de fructosa.
Sports Performance
Para maximizar el rendimiento, los atletas necesitan consumir carbohidratos. El momento, tipo y cantidad de carbohidratos es importante. Por ejemplo, consumir un pedazo de fruta 30 a 60 minutos antes de la mayoría de los entrenamientos proporciona la cantidad correcta de carbohidratos en forma de azúcar fructosa. La ingesta de fruta previa al entrenamiento debe limitarse a una porción, ya que la fructosa y la fibra en la fruta pueden tener un efecto osmótico en el tracto gastrointestinal y causar diarrea y cólicos. Un batido de frutas o un vaso de jugo de fruta 100 por ciento dentro de los 15 minutos a una hora después del ejercicio es beneficioso para la recuperación posterior al ejercicio y la reposición de glucógeno.